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Bienvenido a un mundo enfermo:

Desde la época romana o la Edad Media, Gaia ya se había sumido en heladas tinieblas. Allá donde territorios aún no habían sido poblados o las tierras se mantenían vírgenes fue donde se designó el advenimiento de aquellas razas que lucharían para mantener el equilibrio y establecer la medicina que tanto Gaia ansiaba, nacieron sus guerreros, nació la fe. Las enfermedades, plagas, guerras y deshumanización se extendían con velocidad por su cuerpo manteniendo un escaso nivel de gratitud por quien les había dado la vida. Incluso aquellos defensores, en quienes se ponía toda esperanza, empezaban a perder la batalla, pero se negaban a entregarse por completo a la derrota.

Era el paraíso de las tinieblas. El Mal se paseaba antes los ojos del hombre en forma de amante, los atraía, los corrompía y los mandaba a ejecutar a Gaia, pedazo por pedazo, paso a paso. De noche, los hijos de Caín se convertían en los amos de los designios de pueblos, ciudades y naciones. Y entre unos y otros, pequeños grupos de humanos con ansias de venganza o afán de conocimiento intentaban proteger a sus familiares cazando a todo tipo de seres que alteran el orden natural y lógico de las cosas dando resultado a las guerras. La enfermedad de Gaia avanzaba, sus lupinos, sus cambiaformas y sus demás razas tendrían que actuar y levantarse ante la corrupción.

El humano extiende sus designios a través de los mares, encuentra tierra virgen, hombres limpios, nueva vida y, sin el permiso de nadie, se abre paso en una carrera contra su misma especie; no le importa cuántos mate, no le importa cuánto destruya, él tiene que ganar. Así llegaron las nuevas ciudades, la política, la guerra del centavo y la profecía de un mundo peor. Es entonces que los distintos seres sobrenaturales se acercaban y hacinaban en ellas en busca de su magia, de recuperar el espíritu de Gaia o, simplemente, de alimento y poder.

Así es como la guerra atrae la atención de todos los dioses, se firman las apuestas, se agrupan en bandos, se pretende destruir a todo aquel que quiera interferir en su juego y como un resultado de Big bang, esto aumenta a medida que pasa el tiempo...
Todo ha cambiado desde entonces e igualmente todo sigue exactamente como antes. Con el paso de los siglos y la llegada de la tecnología y los derechos sociales, los seres sobrenaturales han sido capaces de adaptarse a los cambios, de seguir en el poder manejando en la sombra los hilos y designios del mundo conocido y de quienes en él viven ignorando que sobre ellos influye el manto de los dioses. Siguen acechando en cada acontecimiento, en cada esquina, en cada ciudad, pueblo o lugar remoto del planeta.

Gaia es un juego online de interpretación de roles en la que hay Vampiros, Hombres Lobo, Cambiaformas de distintas clases, Magos, Demonios, hadas, y cazadores. ¿Te atreves?

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